El judo es un deporte muy duro, es un uno contra
uno. No hay en el tatami compañeros que te animen y que puedan seguir luchando
por ti cuando no puedes más, y solo hay un resultado: la victoria o la derrota.
Pero el judoka no se desanima antes las derrotas,
para él todo es posible con práctica y entrenamiento, perseverancia y confianza.
El judoka conoce sus defectos y también sus cualidades, y ante las
dificultades, nunca se desvanece, sino que se esfuerza y crece, cuando entiende que una derrota, es
un paso más hacia la cima de la victoria.
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